guillermo isaza fiscó
Entre color y conciencia,
entre sonido y pensamiento,
fluye la misma energía:
Guillermo Isaza Fiscó.
Portales de la Memoria - Más Allá de las Fechas, la Huella
La historia de una persona no son fechas, ni títulos, ni cifras que se acumulan.
Es un rastro de luz y de sombra, un conjunto de huellas que alguien va dejando mientras atraviesa el tiempo.
Cada paso, cada obra, cada silencio, va trazando un mapa invisible: la memoria de lo que fue, lo que buscó y lo que aún sigue ardiendo dentro.
Así, más que una biografía, este sitio es una cartografía interior: un recorrido por los lugares donde la música, la pintura y la palabra se entrelazan para formar una sola voz.
Quien entra aquí no solo lee una vida; la recorre, y quizás —si escucha con atención— descubra algo de sí mismo en el eco de estas huellas.
Guillermo Isaza Fiscó
Donde la Palabra se Hace Sonido y la Luz se Vuelve Forma
Escritor · Músico Sinfónico · Artista Plástico
Colombiano
Nacido en Bogotá
Portales de la Memoria
Hay instantes que no necesitan ser contados:
se reconocen en la mirada, en el gesto sencillo de estar vivos.
La creación nace de esa misma quietud,
del silencio que comparte la luz con la sombra.
En cada obra, en cada nota y en cada trazo,
habita el reflejo de quienes han caminado a mi lado —
porque la vida, como el arte,
solo florece cuando se comparte.
Con el apoyo incondicional de quienes han sostenido la llama del conocimiento
Con la guía luminosa de Francisco Cristancho, maestro de las teóricas, y de Mauricio Cristancho, intérprete del violín y la viola, cuyas enseñanzas resonaron en el Centro de Orientación Musical “Francisco Cristancho”, donde la disciplina y la pasión se fundieron en una sola nota.
Desde octubre de 1979, esta senda encontró su cauce en la visión del
Doctor Raúl García, músico, matemático y fundador de la
Orquesta Filarmónica de Bogotá,
quien comprendió que la música debía pertenecer al pueblo,
a la ciudad y al alma que la escucha.
“La música no solo se interpreta, se comparte.”
— Raúl García Rodríguez (1939 – 2022)
EL ESCRITOR Y SU LUZ INTERIOR
No escribe para dejar un nombre, sino un eco.
Cada palabra que emerge de su pluma es un fragmento de eternidad,
una chispa que viaja entre lectores y silencios, encendiendo memorias.
Sus libros no son solo historias: son puentes, son llamadas, son espejos.
A su alrededor, el tiempo se vuelve círculo y la alegría se multiplica
en cada alma que abre una página y siente la vida respirando entre las líneas.
“Un libro no termina cuando se cierra: comienza cuando alguien lo sueña.”
EL VIOLISTA DEL TIEMPO
Hay quienes tocan notas, y hay quienes las despiertan.
Su arco no busca dominar las cuerdas, sino escucharlas,
como si cada vibración fuera una palabra antigua
pronunciada por la madera y el silencio.
En cada concierto, su sonido es una plegaria sin nombre,
un hilo invisible que une la tierra con lo eterno.
Así ha sido su camino: un viaje desde el alma,
donde la música no se interpreta, se recuerda.
“La viola no canta: confiesa.”
EL PINTOR DE LOS ECOS DEL COLOR
Desde 1980, su pintura ha sido un puente entre la forma y el espíritu.
No pinta lo que ve, sino lo que recuerda el alma cuando el mundo calla.
Cada trazo surge como una respiración del tiempo,
una ofrenda a la luz que todo lo revela y lo oculta.
En sus lienzos, los colores no se mezclan: conversan.
Hay un rumor de tierra, de fuego antiguo, de conciencia despierta.
Así su obra se convierte en una cartografía interior,
donde el espectador no mira el cuadro, sino se mira en él.